Paul Newman. The Hustler (1961)
“Tenemos un pacto de depravación”, había escrito
Sarah (Piper Laurie) en la página que Eddie el Rápido (Paul Newman) rompió,
furioso, al descubrir en ella un texto sobre la pareja que comenzaban a formar por esos días. Conocíamos algunas referencias de la afición de Sarah por
la literatura, pero esa escena nos permitió sospechar que era algo más que una
lectora solitaria. De ese rasgo, sin embargo, nunca se sabrá más nada, pues la
formidable película de Robert Rossen (El Jugador, 1961) discurrirá como
tragedia entre mesas de billar y borracheras desoladas, siendo Eddie el centro
del relato y el juego de pool su fatídico universo.
Hoy la vi
de nuevo. Sentí que mejora con los años y que el Gordo de Minessota (Jackie
Gleason) sigue tomándose la vida con calma.
“Eres un gran jugador”, le dice Eddie.
-“Tú también”, le responde el Gordo.
--
Lêdo Ivo:
“…as bolas de bilhar se entrechocam
com
artigos de cama e mesa
e sóis na
relva”
(Poesia completa. 1940-2004, Brasken, Rio de
Janeiro, 2004, p. 572)
--
El
novelista Andrés Neuman tiene un estupendo libro de poemas titulado El jugador
de billar (Pre-textos, 2000). Leyéndolo, pensé en el film de Rossen. Tal vez
me ayude a iluminar algunos momentos de esas vidas marcadas por el destino, a
las que la suerte ofrece en vano otras rutas. Así, Neuman podría haberle
advertido a Eddie:
“No entretengas tu golpe:
Juegas
contra el azar, contra ti mismo”.
Al final, Eddie, después de la gran pérdida, le
gana al Gordo, pero no sé si estos versos de Andrés Neuman, que se avienen con
la escena, describen también su sino:
“Una silueta blanda, casi desposeída,
atraviesa
un pasillo
entre
mesas inmóviles que imitan laberintos,
jardines
sin salida”
--
Los soles que dijo Lêdo Ivo, ¿dejaron de rodar
sobre la hierba?
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