Elisha Cook Jr. y Marie Windsor en The killing. 1956
No recuerdo si alguna vez ganó. Si así fue, con
seguridad se cayeron todas las apuestas. Y es que nadie le ganaba perdiendo.
Esa era su gracia en los tiempos de esplendor. De allí su invariable rol en los
repartos.
Adquirió ese sello con honores en “El
Halcón maltés” y lo ratificó en memorables apariciones, como la que
tuvo con Kubrick en Atraco perfecto (The killing). En esa ocasión su convincente fragilidad casi
se extrema, como pareja de la poco confiable Marie Windsor.
“Urna blanca” le habría encargado Toto de Lima,
con su habitual sorna sobre los ingenuos.
A veces fue malo, pero no maligno.
Lo recuerdo de portero en el Dakota, dirigido
por Polanski en aquel prodigio de película.
Se llamaba Elisha Cook Jr. Todos terminamos
adorándolo.
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