Monday, June 24, 2013

En el Trianón de Villa Crespo

El Trianón de Boedo
Es uno de los tangos que más me gusta. En el año 29 lo grabó Gardel, acompañado de guitarras. Su tema es un lugar común del género, ennoblecido por Cadícamo. Describe a una mujer afrancesada que de norte a sur recorre la ciudad, deslumbrándola. Es la vampiresa más notable de la noche porteña.

En la letra se menciona un sitio de mi querido barrio de Villa Crespo, pero dicen que eso fue una ironía de Cadícamo (lo fue) y que ese Trianón no estuvo nunca allí, sino en Boedo, pero son ganas de desdorar leyendas.

Trianón aparte, el espléndido tango se abre paso en la memoria de quienes lo oyen por vez primera con la sensación de que nunca habrá de ser olvidado. Seguramente guarda en sus notas “un cacho de amor y juventud”.

Los buenos lectores de un gran novelista del Río de la Plata, recordarán esta escena:

El médico tosió y fue doblando la cabeza para escuchar el viento; por la bocina del fonógrafo iban resbalando las palabras del disco:

Tenés un camba que te hace gustos
y viente abriles que son diqueros.

Ahora (…) acompañaba las guitarras moviendo los dedos sobre la carpeta verde de la mesa, manchada de tinta, quemada por cigarrillos. El mal tiempo proclamaba afuera su victoria sin regocijo, ganaba la calle, excitaba al río”. 


 
He oído mucho la versión de la gata Varela y la encuentro extraordinaria, pero acá está la Muñeca brava del Mudo, la misma que, familiarizado con el lunfardo, escuchaba el personaje de Onetti en las citadas líneas de Juntacadáveres.
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Carlos Gardel canta Muñeca brava:
http://www.youtube.com/watch?v=eqfdAb1DZ9g